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martes, 28 de octubre de 2014

EXCESO

La semana pasada vio la luz la vigésimo tercera edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, que recoge más de noventa mil lemas. Ello da cuenta de la riqueza de nuestro idioma, aunque la mayoría de palabras quedan encerradas entre las páginas del voluminoso tomo, ya que un hablante medio no llega a usar más que unas cinco mil en su vocabulario.

Pero aun así, pudiendo elegir entre tantas palabras, ¿por qué nuestros políticos y medios -parece que son los modelos a seguir- se empeñan en seleccionar unas pocas, a veces incluso mal empleadas, y las repiten hasta la saciedad?

Sí, me da la impresión de que hay un exceso de talante, que no es más que modo o manera de ejecutar algo, la disposición personal de alguien y que, así pues, puede ser bueno o malo, positivo o negativo; pero "tener talante" no significa en realidad nada.

Y un exceso de transparencia, cualidad en boca de muchos y poco puesta en práctica por todos. No menos que la repetida meridiana claridad, con epíteto o sin él es cierto que brilla pero por su ausencia.

Y un exceso de casta, aunque sea cierto que nuestra sociedad está dominada por una clase "especial" que está separada de los demás a base de privilegios que ellos mismos se han impuesto.

Y un exceso de y ustedes más, que parece desquitar a quienes lo pronuncian de sus pifias. Ah, y también un exceso de pedir disculpas después de haber soltado alguna barbaridad ofensiva.

Y un exceso, en general, de palabras y expresiones vacías precisamente de los que más hablan, de los que más se escuchan. Patadas al diccionario, a la gramática e incluso a la ortografía.

No llevo un registro que lo demuestre, no daría a basto apuntando, pero a menos que ustedes presten un poco de atención, se darán cuenta de lo que digo. Bueno, pero si se entiende el mensaje... ¿qué más da?

Lo que no se entiende es que valoremos tan poco nuestra lengua, que nos dé igual que salga alguien hablando y después de una parrafada no haya dicho nada coherente, que nuestros niños y jóvenes vean programas en que no importa lo que uno diga sino lo guapo que sea, en que debatir consiste en berrear y en que los insultos y vulgaridad salgan gratuitos en aras de la libertad de expresión.

Por cierto, ¿no les parece además que hay un exceso de corrupción? Que más allá de la palabra, es, en las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores. Dicho y hecho. Esta si ha saltado del diccionario.

CDR

miércoles, 22 de octubre de 2014

METAMORFOSIS

Ya no controlo mi vida.

He abandonado el mundo de las formas
y me encuentro en un mundo sin bordes,
sin tiempos.

He empezado un viaje a ciegas,
sin hoja de ruta.
Siento el vértigo de una montaña rusa
que adquiere una velocidad tremenda,
que no se a dónde me lleva.

Toda lógica ha desaparecido
y en la caída hacia la nada
intento luchar contracorriente.

Aparecen a borbotones sentimientos
sorprendentes,
desconocidos hasta ahora.

Me siento perdida,
a pesar de los libros leídos,
de los métodos practicados.
A pesar de mi bebé tan deseado.

Me encuentro en un periodo raro
en que mi intelecto ya no puede ayudarme.
A veces mi mente cree enloquecer,
no puedo más.

Ya no sé,
ya no quiero,
ya no puedo.

Y lloro.

Me doy cuenta entonces de que
mi bebé me lleva a un nivel
etéreo,
donde no hay nada que pensar
ni nada que hacer.
Sólo entrar en sintonía con la situación.

Y muere un poco algo de mí,
ya no soy la misma.
No me reconozco en el espejo.

Ya no puedo exigir nada a nadie
más que a mí misma.

Todo es confuso.

Puerperio.

Ya no dependo de lo externo,
aprendo a valorar mi yo profundo.

Metamorfosis.

Todo vale la pena.

Mientras curan mis heridas,
mi antigua identidad se desvanece
con mi niño en brazos.

Maternidad.

Soy feliz.



CDR

jueves, 2 de octubre de 2014

UNAMUNO AL DESNUDO

En este inicio de octubre lluvioso, como corresponde a la estación otoñal y tan necesario además en estas tierras asediadas por la sequía, contamos una curiosa anécdota del ilustre escritor vasco. No es figurado el título de esta entrada, como comprobarán a continuación.

Las fuertes desavenencias con el dictador Primo de Rivera ocasionaron que don Miguel de Unamuno fuera destituido de sus cargos docentes y exiliado a Fuerteventura, un destino alejado e inhóspito en aquellos años veinte, una especie de cárcel de arena.

Así, el 12 de marzo de 1924 llega a Puerto Cabras el insigne profesor de Griego y rector de la Universidad de Salamanca. Poco tiempo tardó don Miguel en descubrir el agradable clima de la isla y eso influye en su carácter, de por sí serio, sintiéndose el intelectual feliz, cómodo, vivo. Tanto es así que Unamuno se dedicó a tomar baños de sol en la azotea del hotel donde se hospedaba -hoy su casa museo-. Y tomaba el sol completamente en cueros.

Tal costumbre escandalizó a los vecinos, quienes calificaban esta actitud de indecente. Cuando el posadero le trasladó las quejas a don Miguel, este contestó: "Yo no los miro a ellos. Que no me miren ellos a mí." Severo y seco el escritor, sobre todo cuando le parecían absurdos los planteamientos del interlocutor.

No asustaba en absoluto el sol al escritor del norte, quien paseaba por la isla sin sombrero, moda que pronto empezaron a imitar los autóctonos, quienes al principio se sorprendían de que soportara los rigores solares y mantuviera la cabeza destocada ya a su avanzada edad. Sin duda, valoraba don Miguel la luz solar.

Cuatro meses duró el exilio de Miguel de Unamuno en Fuerteventura, que supusieron al final más que un castigo un regalo para el escritor, pero también para los majoreros y su isla. Pues la presencia del intelectual y sus comentarios positivos en los foros literarios de Madrid, París, Buenos Aires... la colocó en el mapa cultural mundial. Una isla que hasta ese momento tenía fama de tierra pobre y mezquina, cuyos habitantes eran rudos e ignorantes. Sin embargo, Unamuno va a presentar una isla mucho más trascendente, mucho más metafísica, y tan cautivadora que no se cansará en sus poemas y cartas de destacar la fuerza, la viveza y hasta el enamoramiento que sintió por Fuerteventura y por sus entrañables amigos majoreros.

"En mi vida he dormido mejor. En mi vida he digerido mejor mis íntimas inquietudes.", escribiría en sus artículos y cartas. Incluso esta experiencia inolvidable quedó plasmada en su obra De Fuerteventura a París (1925) Efectivamente, Unamuno fue indultado de su exilio el 9 de julio, pero prefirió viajar a París y después se instaló en Hendaya (país vasco francés) hasta que en 1930 cayó la dictadura de Primo de Rivera y regresó a Salamanca.

Mucho le debe Fuerteventura a don Miguel de Unamuno, que se convirtió en su padre intelectual, un modelo a seguir.

Sin olvidar que fue, a principios del siglo XX, el primer nudista de la isla.

CDR